El Estatut de 1979, en busca de un nuevo encaje


Los estatutos de autonomía de Cataluña son la norma institucional básica que determina el marco jurídico, político y administrativo de Cataluña dentro del Estado español. El embrión se remonta a 1917, cuando Puig i Cadafalch, presidente de la Mancomunidad, abordó la cuestión de la autodeterminación aprovechando la inercia de la primera guerra mundial, en la que se habían creado nuevos estados en virtud del principio de autodeterminación. La propuesta de Estatut fue aprobada por la Asamblea de la Mancomunidad de Cataluña en 1919, con el apoyo de todos los partidos catalanes. Francesc Cambó, líder de la Liga y ministro en el gobierno de Madrid, fue el encargado de defenderla en las Cortes, que la rechazó. Años más tarde, en 1932, un nuevo documento, impulsado por el entonces presidente de la Generalitat, Francesc Macià, fue aprobado en referéndum por el 99% de los votantes y también por las cortes republicanas españolas, después de ser fuertemente recortado. El Estatuto de Autonomía de Cataluña —llamado popularmente Estatuto de Núria— estuvo vigente hasta la finalización de la Guerra Civil, cuando fue derogado por el general Franco.

“ Volver a tener nuestro Estatuto de Autonomía era recuperar nuestra voz,
una voz que nunca debería haber sido silenciada
— Maria Aurèlia Capmany

Con estos precedentes, la Asamblea de Parlamentarios Catalanes, constituida después de las elecciones generales de 1977, nombró a una comisión de expertos, bautizada como la Comisión de los Veinte, para redactar el anteproyecto de un nuevo Estatuto de Autonomía. Esta Comisión se reunió en el Parador de Turismo de Vilanova de Sau. Por eso al texto resultante se le llama también el Estatuto de Sau, siguiendo la tradición de nombrar las cartas magnas catalanas por el nombre del lugar donde se redactaron, como el Estatuto de Núria del año 1932.

 

El texto que redactó la Comisión fue asumido por la Asamblea de Parlamentarios el 16 de diciembre de 1978, y fue objeto de discusión en la comisión constitucional del Congreso de los Diputados, que tras recortarlo, finalmente lo aprobó el 13 de agosto de 1979. Posteriormente, fue sometido a referendum el 25 de octubre del mismo año, con resultado favorable. En el proceso de gestación del Estatut, tuvieron especial protagonismo los diputados Miquel Roca (CDC), Jordi Solé Tura (PSUC) y Eduard Martín Toval (PSC) que formaban la troika que dirigió su elaboración.


A través del Estatuto de Autonomía, Cataluña accedía a su reconocimiento como pueblo, con una cultura, una historia y una lengua propias. El Estatut otorgaba a la Generalitat amplias competencias de gobierno, que permitían la gestión exclusiva de ámbitos como la educación y la cultura, que hasta entonces dependían del gobierno central. El Estatut definía, además, los derechos y deberes de la ciudadanía de Cataluña, las instituciones políticas de la nación catalana, sus competencias y relaciones con el Estado y la financiación de la Generalitat.

 

Las primeras elecciones autonómicas, celebradas el 20 de marzo de 1980, dieron como resultado un Parlamento con mayoría nacionalista, que se constituyó el 10 de abril y eligió como presidente a Heribert Barrera. Jordi Pujol, líder de la fuerza política más votada, fue elegido presidente de la Generalitat, con la tarea fundamental de empezar a desplegar las competencias del nuevo Estatut.


“ Con el Estatut, Cataluña no sólo recuperaba sus instituciones,
sino también la confianza en su propio futuro como nación
Josep Benet

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