
Pero el exilio catalán no sólo fue un refugio, sino
también un espacio de resistencia activa y de promoción cultural y política que
desafió al franquismo desde el exterior. Los exiliados catalanes crearon
revistas, novelas, ensayos y todo tipo de publicaciones fundamentales para
mantener viva la lengua, la cultura y el pensamiento político de la Cataluña
republicana. Las obras se editaban y se distribuían principalmente en América
Latina y Francia, donde se asentó la mayor parte de los exiliados catalanes,
pero también circulaban clandestinamente en el interior de Cataluña a pesar de
la vigilancia y la censura.

Las revistas catalanas publicadas en el extranjero se
convirtieron en plataformas de resistencia. En México, Cuadernos del Exilio
(1943-1947) fue una de las más destacadas, dirigida por intelectuales
republicanos como Joan Sales, la revista ofrecía contenidos literarios,
políticos y culturales, poniendo énfasis en la situación en Cataluña y España.
También en México, "Nuestra Revista" (1946) y "Pont Blau"
(1952-1963) se centraban en la literatura catalana, con artículos, poemas y
ensayos de autores exiliados. En Francia, "Catalunya", impulsada por
exiliados del partido Estat Català y publicada en Toulouse, se convirtió en un
referente del catalanismo y de la lucha antifranquista. También cabe mencionar
la “Revista de Catalunya”, fundada por Antoni Rovira i Virgili en París, que
reanudó su actividad en el exilio. En Buenos Aires, la revista “Germanor”,
dirigida a la comunidad catalana en Argentina, combinaba contenidos culturales
con noticias y crónicas sobre la realidad de Cataluña, convirtiéndose en un
punto de encuentro para los exiliados y reforzando los vínculos de la diáspora
catalana. Revistas como éstas no sólo mantuvieron viva la llama cultural y
política catalana, sino que también jugaron un papel importante en la
internacionalización de la causa catalana, denunciando las atrocidades del
franquismo y promoviendo la solidaridad entre los exiliados.

Las editoriales catalanas en el extranjero también desempeñaron
un papel esencial en la preservación y promoción de la lengua, la cultura y el
pensamiento crítico catalán. Prohibidas en el interior del Estado español
muchas obras literarias en catalán o con contenido político antifranquista y
varios proyectos editoriales nacieron en el exilio para dar voz a los creadores
silenciados como Carles Riba, J. V. Foix o Pere Calders. "Incerta glòria"
de Joan Sales o " Crist de 200.000 braços " de Agustí Bartra
fueron publicadas en el extranjero antes que en Cataluña.
Ciudades como Buenos Aires, México DF y París se convirtieron en los
principales focos de actividad editorial. En Buenos Aires, la editorial
Catalònia, fundada antes de la guerra, pero revitalizada durante el exilio,
publicó autores catalanes que no podían hacerlo en España. En París, Edicions
Catalanes lideró el esfuerzo editorial desde el exilio europeo, editando obras
de autores destacados como Mercè Rodoreda, Josep Pla y otras figuras
fundamentales del panorama literario catalán. Minerva, Pórtico, Barcino...
fueron otras editoriales importantes.
En muchos casos, estas editoriales trabajaron en
colaboración con activistas para financiar proyectos y distribuir libros
clandestinamente en Cataluña. A través de estas iniciativas, se aseguró que,
pese a la represión, el catalán siguiera siendo una herramienta de resistencia
y una expresión cultural de primer orden.
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