El bibliobús “Cultura en ruta” empieza a circular el 19 de marzo de 1970 en Terrassa (Fotografia 'Solc')
Òmnium Cultural fue fundado en 1961 por un grupo de empresarios catalanes, entre los que destacaban Joan B. Cendrós, Lluís Carulla, Fèlix Millet y Antoni Puigverd, en un contexto de represión política y cultural en Cataluña. Tras la Guerra Civil, la dictadura franquista había prohibido el uso del catalán en la vida pública, en la enseñanza y en los medios de comunicación, imponiendo el castellano como única lengua oficial. Los fundadores de Òmnium, preocupados por la situación, crearon la organización con el objetivo de "preservar, promover y difundir" la lengua y la cultura catalana a través de la publicación de libros, la organización de actos y la financiación de proyectos culturales.
En este contexto, no es de extrañar que la entidad fuera vista con sospecha por el régimen franquista, puesto que cualquier forma de expresión de la identidad catalana era percibida como una amenaza para la unidad de España. Aunque Òmnium se definía como una entidad cultural y no política, la dictadura intentó limitar sus actividades desde sus inicios. Así, en 1963, dos años después de su fundación, las autoridades franquistas decidieron cerrarla ante el potencial que la organización tenía para reavivar el catalanismo. A pesar del cierre oficial, los miembros de Òmnium continuaron trabajando de forma discreta y clandestina promoviendo el uso del catalán en las escuelas privadas y apoyando la edición de libros y publicaciones en catalán.

Un acto de Òmnium Cultural
A finales de la década de 1960, el régimen franquista empezó a relajar ligeramente algunas de sus políticas, especialmente en el ámbito cultural, debido a la presión internacional y la necesidad de proyectar una imagen moderna de España. Esto permitió a la entidad reabrir sus puertas en 1967. Una de las primeras iniciativas después de su reapertura fue la creación del Premio de Honor de las Letras Catalanas, en 1969, un galardón destinado a reconocer figuras que hubieran destacado por su contribución a la lengua y cultura catalana. El premio se convirtió en una de las acciones más visibles de Òmnium en un contexto todavía marcado por la represión franquista.
A partir de la muerte del dictador y el inicio de la transición, Òmnium Cultural jugó un papel activo en la recuperación de los derechos lingüísticos y culturales en Cataluña, abogando por la oficialización del catalán y la promoción de la identidad catalana dentro de una España democrática. Con la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1979, el catalán fue reconocido como lengua oficial, siendo la entidad fundamental en la campaña de normalización lingüística posterior. Desde entonces, la entidad sigue trabajando para asegurar que el catalán tenga un lugar predominante en la enseñanza, en los medios de comunicación y en la vida pública del país.
“ Òmnium Cultural fue el bastión que nos permitió mantener viva la llama de nuestra cultura y lengua en los momentos más oscuros del franquismo
— Jordi Pujol
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