
Ficha policial de Lluís Companys
Tras la derrota republicana en la Guerra Civil, Lluís
Companys, presidente de la Generalitat, se exilió en Francia, donde residió
hasta la ocupación del país por parte del ejército nazi alemán, al inicio de la
Segunda Guerra Mundial. Fue capturado por la Gestapo con la ayuda del régimen
franquista, y entregado a las autoridades españolas en la frontera de Hendaya.
Traído a Madrid, fue interrogado y torturado antes de ser trasladado a
Barcelona para ser juzgado y condenado a muerte por rebelión militar. Companys
defendió hasta el final su acción política y la legitimidad de la Generalitat.
En la madrugada del 15 de octubre de 1940, fue fusilado en el castillo de
Montjuïc, gritando "¡Per Catalunya!", convirtiéndose en un símbolo de
la resistencia contra el franquismo.
A lo largo de la dictadura, miles de activistas y
políticos catalanes involucrados en actividades clandestinas fueron
perseguidos, encarcelados, torturados o incluso fusilados. El régimen
franquista utilizaba a la policía secreta y los tribunales militares para
reprimir cualquier tipo de oposición, y la pena de muerte era el mecanismo de
control y castigo para los opositores políticos. Durante los primeros años de
la dictadura, el número de fusilamientos fue especialmente elevado. Cientos de
políticos, sindicalistas y activistas catalanes fueron arrestados y ejecutados
en los años 40 y 50. Las ejecuciones se mantuvieron hasta finales del régimen,
como el caso de Salvador Puig Antich, ejecutado en 1974.
“ La guerra es un crimen, pero lo que hoy llamamos
franquismo lo es dos veces,
porque es la guerra del odio y la intolerancia
— Manuel Azaña
Algunas de las prisiones más notables en Cataluña fueron
la Modelo de Barcelona y el castillo de Montjuïc, que se llenaron de presos
políticos y donde, además, se practicaba la tortura. Muchos soldados
republicanos y otros sospechosos de oponerse al régimen fueron enviados a campos
de concentración, donde estaban sometidos a trabajos forzados y malos tratos.
En 1940 había más de 10.000 prisioneros políticos en Cataluña, muchos de ellos
en condiciones deplorables.

La comissaría de Via Laietana
La comisaría de Via Laietana, situada en el centro de
Barcelona, es uno de los iconos
más controvertidos de la represión. Inaugurada a
principios del siglo XX, se convirtió en un punto de control policial durante
la dictadura de Primo de Rivera. Sin embargo, su papel más oscuro se consolidó
durante la dictadura franquista, cuando se convirtió en uno de los centros más
temidos de represión. Se han documentado numerosas torturas, especialmente en
manos de figuras como los siniestros hermanos Creix, miembros de la Brigada
Político-Social, la brigada encargada de perseguir cualquier forma de
disidencia contra el régimen. Con la transición democrática la comisaría ha
continuado operando como sede policial, pero grupos de derechos humanos y
colectivos de víctimas reivindican la necesidad de reconocer públicamente los
abusos que se cometieron, y convertir el edificio en un espacio de memoria del
terror franquista.
Más allá de las ejecuciones y encarcelamientos, miles de
personas fueron sometidas a procesos de depuración de sus cargos públicos. Profesores,
médicos, abogados, jueces y funcionarios catalanes fueron sustituidos por
personas leales al régimen, lo que no sólo significaba la pérdida de empleo,
sino también la marginación social. Esta purga tuvo un impacto devastador en el
sistema educativo, eliminando a una generación de docentes comprometidos con la
educación pública, laica y democrática, que había florecido durante la Segunda
República, e imponiendo un sistema educativo centrado en los valores del
régimen y la doctrina de la Iglesia católica. La incautación de inmuebles,
archivos y otros bienes fue otro proceso sistemático y generalizado de
represión, dirigido contra personas, partidos políticos y sindicatos que eran
consideradas contrarias a los principios políticos, ideológicos o religiosos
del régimen. Pese a la represión, la resistencia catalana contra el franquismo
no cesó.

Trabajos forzados en el Puerto de Barcelona