
Retrato de Pau Casals de Dominique Berretty/Gamma/Rapho/Getty Images
Pau Casals (1876-1973), exiliado en Francia y después en Puerto Rico, y
considerado uno de los mejores violonchelistas de la historia. Ferviente defensor
de la paz y los derechos humanos, utilizó su fama internacional para denunciar
la dictadura franquista y promover la causa catalana. Su célebre interpretación
del Canto de los Pájaros se convirtió en un símbolo de la lucha por la
libertad. Uno de los momentos más significativos de su vida fue su intervención
en la Asamblea General de Naciones Unidas en 1971. Al recibir la Medalla de la
Paz, declara: "Soy catalán", reivindicando el patrimonio cultural y
los valores universales de sus gentes. Murió en Puerto Rico en 1973, después de
haber vivido gran parte del exilio en Prada de Conflent (Francia) y sin haber
podido regresar a Cataluña.
“ La música debe
unirnos y ayudarnos a superar las divisiones
— Pau Casals

Josep Carner (1884-1970), conocido como el
Príncipe de los Poetas Catalanes, vivió en el exilio durante más de tres
décadas, primero en México y más tarde en Bélgica, donde viviría hasta su
muerte. La estancia en México fue breve, pero su presencia ayudó a conectar los
círculos intelectuales del país con las corrientes literarias catalanas. La
distancia y la imposibilidad de volver a Cataluña marcaron su producción
literaria con un tono de nostalgia y melancolía, pero también de renovación
poética. En Nabí (1941), poema épico inspirado en la figura bíblica de Jonás,
reflexiona sobre el exilio, el sentido del deber y el destino. Es una alegoría
de la situación de los exiliados y del propio autor, que, como Jonás, es un
profeta obligado a vagar lejos de su tierra. Después escribirá "Ausencia"
(1957), una colección poética que aborda la pérdida, la nostalgia y el
sentimiento de ausencia, reflejando el dolor de estar lejos de su patria y la
lucha por mantener viva la llama de la cultura catalana.
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Mercè Rodoreda (1908-1983). El 21 de enero de 1939 emprende el camino del exilio. Se
instala con otros escritores catalanes en el castillo de Roissy-en-Brie, a
veinticinco kilómetros de París. La mayoría de los escritores catalanes
exiliados embarcan hacia América, pero Mercè Rodoreda y Armand Obiols, su compañero,
optan por quedarse en Francia. Asisten a la entrada de los nazis en París y
deben emprender la fuga a pie hacia lugares más seguros. Viven en Limoges y
Burdeos, pero cuando acaba la guerra vuelven a instalarse en París, en 1946. Es
una época de dureza y de supervivencia, durante la cual, según la propia
autora, «escribir parecía una ocupación espantosamente frívola». La precariedad
económica, el aislamiento y la soledad acentuaron el sentimiento de pérdida y
desarraigo. En 1954 se trasladó a Ginebra, donde escribió su obra más famosa,
"La plaça del Diamant" (1962), una de las novelas más importantes de
la literatura catalana del siglo XX. La novela es un reflejo de su experiencia
personal y de la experiencia de las mujeres durante y después de la guerra,
abordando temas como el sufrimiento, la alienación y la supervivencia.
Rodoreda, regresó a Cataluña en 1972, después de vivir más de treinta años en
el exilio.
“ El exilio es un país donde las sombras se alargan
y el recuerdo se convierte en el único refugio del alma
— Mercè Rodoreda
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Pere Calders (1912-1994). El 1937 se alistó como
voluntario en el ejército de la República y fue destinado como cartógrafo a la
retaguardia de Teruel, donde escribió el dietario “Unitats de xoc”. Este
dietario de guerra se publicó en 1938, constituyendo uno de los documentos
literarios más significativos de la Guerra Civil española. De retirada hacia
Barcelona fue capaz de escribir su primera novela larga, “Gaeli i l'home Déu”, que
no se publicó hasta 1986. Con la caída de la República, Calders fue internado
en el campo de concentración de Prats de Molló, hecho que describe en un
artículo de 1974: "En la falda de los Pirineos, desgraciada gente. La
mayor parte de aquellos miles y miles de soldados sufríamos disentería u otras
afecciones intestinales y el campo quedó cubierto de excrementos en un tiempo
increíblemente breve. Dormíamos y vivíamos al raso en medio de la suciedad, y
algunos, demasiados, murieron también al raso sobre una nieve y una tierra
inundadas”. Consiguió evadirse del campo de concentración y, después de una
corta estancia en Francia, habiendo dejado en Cataluña a su primera mujer y un
hijo, se exilió a México, donde enseguida contactó con otros catalanes también
exiliados, como Josep Carner, de quien recibió la primera ayuda. En México,
estuvo veintitrés años, tuvo tres hijos con Rosa Artís, su segunda mujer,
hermana del escritor Avel·lí Artís Gener "Tísner", pero nunca se
integró del todo en el país. Se relacionó de forma habitual con los círculos
intelectuales y sociales de los catalanes exiliados, y siempre mantuvo vivo el
deseo de volver a Cataluña. La editorial mexicana en la que trabajaba compró la
barcelonesa Montaner y Simon, y este hecho le facilitó el regreso a Cataluña en
1962.
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Pompeu Fabra (1868-1948), durante la Segunda República, fue nombrado catedrático de
la Universidad de Barcelona y presidió el Patronato de la Universidad Autónoma
de Barcelona. Su prestigio como intelectual se complementaba con el compromiso
con la causa catalanista y la defensa de la autonomía de Cataluña. Ya
septuagenario, se exilió a Francia, instalándose en Prada de Conflent, donde
moriría a los 80 años. Pompeu Fabra dedicó su vida a la normalización y
codificación del catalán para dotarlo de unas normas estandarizadas que
pudieran ser utilizadas en todos los ámbitos de la sociedad. Su trabajo, que
incluyó la publicación de la Gramática Catalana (1918), el Diccionario General
de la Lengua Catalana (1932) y otras obras, sentó las bases del catalán moderno
tal y como se conoce hoy, aunque la censura y la represión del franquismo
imposibilitaron la difusión de su trabajo en Cataluña. En Francia, Fabra
mantuvo el contacto con otros intelectuales catalanes exiliados, como Pau
Casals, y participó en actividades de resistencia cultural. Murió en Prada en
1948, sin volver a su amada Cataluña.
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Joan Sales (1912-1983) fue un republicano
comprometido y combatiente durante la Guerra Civil. La derrota republicana le
llevó a abandonar Cataluña. Tras pasar un tiempo en los campos de concentración
franceses, Sales se instaló en México, y durante esa época, empezó a escribir
las primeras versiones de "Incerta glòria", una de las obras más
importantes de la literatura catalana del siglo XX. La novela, ambientada
durante la Guerra Civil y la posguerra, aborda la confusión moral y el trauma
de la guerra desde el punto de vista de los protagonistas, y su estilo,
profundamente humano y reflexivo, lo ha convertido en una obra clásica. En México también
trabajó como editor y fundó Cuadernos del Exilio, una publicación que ayudó a
mantener viva la literatura catalana durante los años de la dictadura
franquista. Regresó a Cataluña después de la Segunda Guerra Mundial, y fundó la
editorial Club Editor, que tuvo un papel importante en la publicación de
literatura en catalán durante el franquismo.
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Agustí Bartra i Lleonart (1908-1982). En febrero de 1938, con
el estallido de la Guerra Civil, se marchó al frente de Aragón. Tras la derrota
de la República, en 1939, pasó a Francia, donde estuvo internado en el campo de
concentración de Sant Cebrià, el de Argelès (Rosellón) y también en Agde
(Languedoc). En agosto de 1939, le autorizaron a trasladarse al Château de
Roissy-en-Brie, donde coincidió con otros escritores catalanes, también
exiliados, como Joan Oliver, Xavier Benguerel, Mercè Rodoreda, Domènec Guansé o
Pere Calders; También estaba la periodista y escritora Anna Murià, con la que
formaría pareja. A finales de 1940 se embarcaron hacia República Dominicana,
donde pasaron un año; después, medio año en Cuba y, finalmente, se
establecieron en México, en agosto de 1941. Su obra, profundamente marcada por
el desarraigo, la búsqueda de identidad y la experiencia de la guerra, se
convirtió en un testimonio del sufrimiento y la resistencia cultural de toda una
generación que se vio obligada a abandonar su país. Una de sus novelas más
emblemáticas, "Crist de 200.000
braços" (1958), aborda la experiencia del exilio y el
sufrimiento de los refugiados republicanos. En " L'arbre de foc "
(1946) explora el dolor, el desarraigo y la esperanza de los exiliados y en
"Odisseu" (1953) se hace eco de la figura de Ulises, representando el
viaje del exiliado como una búsqueda constante de identidad y hogar. Regresó a
Cataluña a principios de la década de 1970 y se instaló en Terrassa, donde fue
nombrado hijo adoptivo en 1981.
“ El exilio es como un desierto en el que no sabes si las
sombras son reales
o sólo sueños que se difuminan con el tiempo
— Agustí Bartra
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Joan Oliver (1899-1986), poeta, dramaturgo, narrador, traductor y periodista, conocido
con el nombre de Pere Quart, con el que firma la obra poética. Está considerado
como uno de los cinco poetas catalanes más importantes del siglo XX. Su poesía
ha sido vista como la más original de todas. En su primera recopilación
poética, “Les decapitacions” (1934), avanza lo que será después su poesía:
ágil, anecdótica y atraída por el realismo, reflejo de la traumática
experiencia de la guerra civil española y el exilio, con una visión del mundo
desolada y escéptica. Proveniente de una familia de la burguesía industrial,
mantiene como escritor un estilo marcado por la ironía contra las convenciones.
Regresó a Cataluña desde su exilio en Chile, en la década de los cuarenta, y
siguió manteniendo una postura crítica con el franquismo y con la situación
política y cultural del país.

Federica Montseny (1905–1994) fue una destacada anarquista, escritora y política
catalana. Miembro de la CNT e intelectual libertaria, se convirtió en la primera mujer
ministra de España y Europa Occidental, cuando asumió el Ministerio de Sanidad
y Asistencia Social durante la Segunda República, en 1936. Desde el gobierno
impulsó reformas innovadoras en sanidad, protección de la infancia y derechos
de las mujeres, incluyendo proyectos de legalización. Con la derrota
republicana se exilió a Francia, donde sufrió persecución nazi y vivió gran
parte de su vida. Desde el exilio, mantuvo el activismo anarquista,
escribiendo, dando conferencias y defendiendo la libertad, el feminismo y la
República, manteniendo viva la memoria de la lucha antifascista. Fue un símbolo
del feminismo, el antifascismo y la lucha social hasta el final.
Los testimonios y obras de los intelectuales y políticos
exiliados han sido fundamentales para comprender la historia de la Guerra Civil
y el exilio. Sus escritos, discursos y contribuciones han ayudado a preservar
la memoria de la República y sus ideas. A través de sus obras y acciones,
muchos exiliados lograron mantener viva la llama de la lengua y la cultura
catalana a pesar de la distancia y las adversidades.