
Josep Tarradellas en el balcón de la Generalitat
El proceso de recuperación
de los derechos políticos durante la transición democrática en España, y
particularmente en Cataluña, fue uno de los más significativos después de la
dictadura franquista. El 15 de junio de 1977 tuvieron lugar las primeras
elecciones democráticas españolas desde la muerte el dictador, con el triunfo
abrumador en Cataluña de los partidos políticos que incluían en sus programas
la reivindicación de "libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía".
Diez días después, los diputados catalanes se constituyeron en una Asamblea de
Parlamentarios, como representantes electos de Cataluña. La primera decisión
que tomaron fue rechazar de lleno la intención del gobierno de Adolfo Suárez de
crear una suerte de Consell General para satisfacer los deseos autonomistas de
los catalanes. Siguiendo más o menos los postulados de la Asamblea de Cataluña,
exigían el restablecimiento de la Generalitat —que había sido abolida después
de la Guerra Civil—, como gobierno propio de los catalanes, y el regreso de
quien era su presidente en el exilio: Josep Tarradellas.
“ Recuperar la Generalitat no era sólo recuperar una institución,
era el gesto simbólico de un pueblo que se negaba a
olvidar quién era
— Manuel de Pedrolo
Estos factores forzaron al Gobierno español a reconocer
la legitimidad histórica de la Generalitat. El 29 de septiembre de 1977, el
Gobierno central restauró la institución y Josep Tarradellas, presidente desde
1954 en el exilio, volvió para asumir formalmente el cargo. Tarradellas formó
un gobierno integrado por representantes de todas las fuerzas políticas
parlamentarias –con la excepción de Alianza Popular–, con un reducido número de
competencias y un escaso margen de maniobra. La restauración provisional de la
Generalitat fue un símbolo de la vuelta del autogobierno catalán y un primer
paso para la recuperación de los derechos culturales y sociales de los
catalanes, arrebatados durante la dictadura. El 20 de marzo de 1980, en las
primeras elecciones autonómicas después de la muerte del dictador, Jordi Pujol
fue elegido 126 presidente de la Generalitat. Fue la primera de las seis
victorias electorales consecutivas de Pujol, que permanecería en el cargo
durante 23 años, hasta que Pasqual Maragall tomó el relevo.
“ Cuando la Generalitat
vuelve, vuelve la dignidad de un pueblo,
la fuerza de una
historia y la esperanza de un futuro mejor
— Narcís Comadira


