
Visita de Franco a Barcelona en 1970 | Pérez-de-Rozas (AFB)
La victoria del ejército franquista en 1939 supuso la instauración de un régimen dictatorial en España mandado por el general Franco, que duraría cerca de cuarenta años, hasta su muerte, en 1975. El partido único del régimen fue el Movimiento Nacional, que integraba varias facciones de la derecha española, entre ellas, los fascistas de la Falange. Este partido defendía valores como el nacionalismo español, la exaltación de la figura de Franco, el anticomunismo o el tradicionalismo. A través del Movimiento, Franco presentaba su régimen como un "gobierno orgánico", en el que los individuos no debían organizarse en partidos políticos, sino en estructuras sociales tradicionales, como la familia o los sindicatos verticales, que agrupaban tanto a empresarios como a trabajadores bajo un mismo paraguas corporativo, eliminando la lucha de clases y la negociación colectiva independiente. Estos sindicatos estaban bajo control directo del Estado y prohibían las huelgas o cualquier otra forma de protesta laboral. Obviamente, cualquier otra organización sindical o política estaba prohibida.
“ Franco es un tirano que, al empuñar el poder por la fuerza,
ha paralizado las energías vitales de una nación entera
— Salvador de Madariaga
El Movimiento Nacional se encargaba de la propaganda y del adoctrinamiento ideológico, controlando los medios de comunicación, la educación y las actividades culturales. Se promovía una visión de la historia y la sociedad completamente alineada con los valores franquistas, glorificando la Cruzada Nacional -que es como se llamaba la Guerra Civil desde el punto de vista franquista- y el culto a la figura de Franco como el "Caudillo de España por la Gracia de Dios", que había salvado al país del caos republicano, del comunismo y el separatismo.

Exaltación franquista en el Poble Espanyol de Barcelona (1940)
El nuevo régimen supuso un profundo impacto para Cataluña debido a su identidad cultural y lingüística diferencial, y su papel durante la Guerra Civil. La primera etapa fue de represión total y eliminación de cualquier sentimiento de identidad catalana. Se abolió el Estatuto de Autonomía de 1932 y se suprimió el uso del catalán en la administración, la enseñanza y los medios de comunicación. La cultura catalana fue borrada de la vida cotidiana, y la bandera y otros símbolos de identidad fueron prohibidos. Muchos catalanes que habían apoyado a la República o luchado en la guerra fueron objeto de depuraciones. Se les prohibió desempeñar cargos públicos, se les sometió a juicios sumarísimos, y algunos fueron encarcelados o ejecutados. La represión afectó a miles de personas, incluidos maestros, funcionarios, intelectuales y figuras políticas. Sin embargo, algunos empezaron a organizarse en la clandestinidad.
“ En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y uno piensa.
Franco siempre fue de los que embestían
— Antonio Machado
Con el Plan de Estabilización de 1959, impulsado por tecnócratas ligados al Opus Dei, que abrió la economía española al exterior, la situación en Cataluña empezó a cambiar de forma notable, aunque la represión política seguía vigente. Barcelona y su área metropolitana experimentaron un rápido crecimiento industrial, lo que atrajo a numerosos trabajadores de otras regiones de España, especialmente de Andalucía y Extremadura, provocando un cambio demográfico significativo. El territorio también se convirtió en un importante destino turístico, lo que ayudó a revitalizar la economía. El catalán seguía prohibido en la educación y en los actos oficiales, pero resurgía en círculos privados, culturales y religiosos. Durante esta etapa, movimientos clandestinos, como el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) o partidos políticos catalanes, como el PSUC, empezaron a ganar fuerza, organizando huelgas y manifestaciones contra el régimen. La última etapa del franquismo fue un período de creciente inestabilidad política y económica, con el asesinato de Carrero Blanco y la crisis del petróleo de 1973, que en Cataluña también coincidió con el resurgimiento del catalanismo y la movilización política.

Visita de Franco a Berga