Del 1 de octubre al 155

La batalla de Urquinaona

Pese a la suspensión por el Tribunal Constitucional y el despliegue policial masivo, el 1 de octubre de 2017 se realizó el referéndum de autodeterminación de Cataluña, pero el resultado no fue reconocido por España ni por los organismos internacionales. Sin embargo, el 27 de octubre de 2017, el Parlamento catalán declaró la independencia de forma unilateral. El referendum y la posterior declaración de independencia fallida por parte del Parlamento catalán desencadenaron una grave crisis política, que supuso la aplicación, por primera vez, por parte del gobierno español del artículo 155 de la Cosntitución, la destitución del gobierno y el control directo de Cataluña por parte del Estado. El presidente Puigdemont y varios miembros de su gobierno huyeron al exilio, mientras que otros fueron arrestados, juzgados y encarcelados, lo que desató una larga crisis política y judicial que continúa hasta la fecha.

 

Tras la aplicación del 155, la respuesta represiva se intensificó. Se presentaron cargos contra líderes políticos y sociales por delitos de sedición, rebelión y malversación. La represión se extendió a ciudadanos implicados en protestas o actos simbólicos, e incluyó el uso extensivo de la fuerza policial en manifestaciones. Entidades como Amnistía Internacional criticaron estas medidas, denunciando una regresión de derechos fundamentales como la libertad de expresión y reunión. En 2019, el Tribunal Supremo condenó a nueve líderes políticos y sociales independentistas a penas de entre 9 y 13 años de cárcel por sedición y malversación.

 

Políticos catalanes durante el juicio del Procés

La sentencia del Tribunal Supremo que condenaba a los líderes del proceso independentista en prisión desató una ola de protestas por todo el país. En octubre de 2019, en el marco de estas protestas, la plaza Urquinaona de Barcelona se convirtió durante unos días en el epicentro de la tensión entre manifestantes y fuerzas policiales, con fuertes disturbios, barricadas, incendios, cargas y el uso de proyectiles por parte de los cuerpos de seguridad. El balance incluyó a decenas de detenidos y heridos, tanto entre los manifestantes como entre los agentes.

 

Aunque en democracia las herramientas represivas son más limitadas, el encarcelamiento y el exilio de líderes políticos, las cargas policiales o el uso de estructuras estatales para reprimir movimientos de autodeterminación recuerdan, aunque a menor escala, tiempos pasados. Cincuenta años después, los retos de la historia contemporánea de Cataluña siguen girando en torno a la búsqueda de un encaje político satisfactorio dentro de un estado a menudo percibido como centralista e intransigente. La fractura social actual tiene puntos en común con las divisiones políticas y sociales de la Segunda República, con un país polarizado entre visiones irreconciliables entre quien quiere más autogobierno, la mayor independencia o mayor integración dentro de España. Este contexto pone de relieve la necesidad de establecer un diálogo real y de implementar reformas institucionales que aporten soluciones a las demandas de una parte significativa de la población, evitando repetir los errores del pasado y construyendo caminos, compartidos o no, de futuro.




Entradas que pueden interesarte