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Acto fundacional de la Asamblea de Cataluña
El 7 de noviembre de 1971 se
fundó la Asamblea de Cataluña, como una plataforma clandestina que unía a
partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales en la lucha por la
democracia, la amnistía de los presos políticos y el Estatuto de Autonomía. Su
lema "Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía" se convirtió en su
signo de identidad, compartido por amplios sectores de la sociedad. El acto
tuvo lugar en la iglesia de Sant Agustí en Barcelona, un lugar relativamente seguro frente a la represión policial. Al igual que la Capuchinada o la primera
asamblea de CCOO en Cataluña, muchos encuentros y asambleas políticas se
celebraron en conventos y parroquias, una muestra del compromiso de la Iglesia
catalana con la democracia y los derechos sociales y políticos del país.
La Asamblea de Cataluña fue uno de los principales motores de la oposición
a la dictadura en sus últimos años, consiguiendo articular una resistencia
política organizada. De hecho, era la primera vez que distintos sectores
políticos, sociales y sindicales se unían en un esfuerzo coordinado para luchar
por la democratización y la autonomía de Cataluña.
“ En momentos de silencio y miedo, la Asamblea de
Cataluña demostró que la resistencia no podía detenerse, que la voz de un
pueblo es más fuerte
cuando se pone de acuerdo
— Marta Pessarrodona

La Asamblea organizó diversas
movilizaciones, actos y manifestaciones a lo largo de la década de los setenta,
muchas de ellas reprimidas con violencia y detenciones por la policía. Uno de
estos episodios fue el arresto de 113 personas que participaban en una reunión
clandestina en la iglesia de Santa Maria Mitjancera, en el barrio de la Sagrada
Familia de Barcelona, en 1973. Este arresto
fue uno de los golpes represivos más importantes contra la oposición durante los últimos años del franquismo, pero el
efecto de la operación no fue la que el régimen esperaba. La detención de los
113 —entre ellas miembros de varios partidos políticos, sindicatos,
organizaciones sociales y culturales, así como intelectuales y activistas—,
no sólo no debilitó la Asamblea, sino que, paradójicamente, la hizo más
visible, generando una ola de solidaridad tanto en Cataluña como en el resto de
España, y atrajo la atención de los medios internacionales, lo que añadió
presión externa sobre el régimen. A lo largo de las siguientes semanas, algunos
de los detenidos fueron puestos en libertad provisional, pero otros
permanecieron encarcelados durante meses.
“ La Asamblea de Cataluña fue la expresión de un deseo compartido por dejar
atrás la oscuridad del franquismo y avanzar hacia una sociedad más justa y
libre
— Pere Portabella
Las concentraciones que la
Asamblea había organizado a principios de los años setenta culminaron el 11 de
septiembre de 1976, en la primera Diada autorizada en Sant Boi de Llobregat,
que reunió a cerca de cien mil personas bajo el lema "Libertad, Amnistía y
Estatuto de Autonomía". Con la consolidación de la democracia y el retorno
de la autonomía catalana, la organización fue disolviéndose de forma natural,
ya que muchas de sus reivindicaciones habían sido alcanzadas. La entidad dejó de
funcionar en 1977, pero su papel fue fundamental en el éxito de la oposición
catalana al franquismo y en la recuperación de las libertades democráticas y la
autonomía, influyendo de alguna forma en la configuración de la Cataluña moderna actual.
“ La importancia de la Asamblea
de Cataluña radica en que, por primera vez, después de la Guerra Civil, se
organizaba una oposición catalana unitaria con un objetivo claro: la
recuperación de los derechos nacionales de Cataluña
— Josep Benet
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