La defensa desesperada del frente del Segre

Milicianos en el frente del Segre (Robert Capa)

Tras la victoria en la batalla del Ebro, el Segre se convirtió en el siguiente objetivo de las fuerzas rebeldes. El frente se estableció entre abril y mayo de 1938, y permaneció activo hasta el inicio de la ofensiva final en Cataluña, en diciembre de 1938. Durante este tiempo, las fuerzas republicanas, reorganizadas después de la desastrosa retirada en Aragón, intentaron reforzar sus posiciones para evitar que las tropas rebeldes cruzaran el rio, que era la última barrera natural que defendía Cataluña desde el oeste.

 

El frente del Segre se mantuvo estable durante semanas. Las milicias republicanas, mal equipadas y desgastadas después de meses de intensos combates, resistieron ferozmente frente a un ejército franquista superior en recursos, artillería y aviación. Lleida, Balaguer, Mequinenza y Tremp fueron algunos de los puntos más importantes del frente, pero otros muchos pueblos y localidades a lo largo del río fueron escenarios de combates feroces, bombardeos y devastación.


“ En el Segre, las armas callaban a menudo, pero la desesperación nunca descansaba; fue una batalla de voluntades más que de disparos
— André Malraux

Una de las principales acciones militares fue la ofensiva de Balaguer, entre el 22 y el 28 de mayo de 1938. Las fuerzas republicanas intentaron atravesar el río para reconquistar la localidad y reforzar el control republicano en la zona. El objetivo era crear una cabeza de puente que permitiera futuras operaciones en dirección a Aragón. Sin embargo, la ofensiva fracasó debido a la superioridad material y humana del enemigo. Los republicanos sufrieron importantes bajas, y después de varios días de combates, las unidades tuvieron que retirarse a las posiciones iniciales. Este fracaso ponía de manifiesto la precariedad de la situación republicana en el frente.

Milicianos en el frente del Segre (Robert Capa)

El ejército republicano no tenía recursos y tropas suficientes para sostener una defensa prolongada, y en cuestión de días, las tropas franquistas consiguieron romper las defensas y atravesar el río por varios puntos. Con la ruptura de las líneas en el Segre, la resistencia republicana se derrumbó rápidamente, y el avance del enemigo hacia el este fue imparable. En pocos días cayó Lleida y en menos de un mes, las fuerzas de Franco ya habían conquistado toda Cataluña, incluida Barcelona, ​​que cayó el 26 de enero de 1939.

 

El Frente del Segre ha quedado grabado en la memoria histórica de Cataluña como símbolo de resistencia, pero también de desesperanza. Con la ruptura de la última línea de defensa, cientos de miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares y emprender un viaje desesperado hacia la frontera francesa. El evento, que se conoce con el nombre de la Retirada, fue uno de los mayores desplazamientos de población de la historia de España. 


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