Las milicias antifascistas, el poder revolucionario

Carteles de las Milicias Antifascistas

Después de la victoria republicana en Cataluña en los primeros días de la guerra, el 21 de julio de 1936 se creó el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña (CCMA), formado por una coalición de los partidos políticos —ERC, POUM y PSUC— y sindicatos —CNT-FAI y UGT— que habían liderado la lucha contra los sublevados. La organización contaba también con la participación de la Generalitat, y tenía la función de coordinar a las milicias armadas de los sindicatos y partidos de izquierda.

Este órgano asumió gran parte del control político y militar en Cataluña en los primeros meses del conflicto, coordinando las acciones militares y políticas contra el fascismo, y controlando la situación revolucionaria. Así, el comité gestionó aspectos fundamentales como la formación de milicias que acudieron al frente de Aragón a luchar contra las tropas franquistas, la colectivización de fábricas y tierras, o la organización de una nueva economía bajo el control de la clase obrera.

“ La revolución no es sólo una cuestión de armas, es una cuestión de conciencia; en Barcelona, ​​el pueblo decidió que no era suficiente cambiar el poder,
 sino cambiar la sociedad desde sus fundamentos
Federica Montseny


Voluntarios en las columnas de milicias antifascistas

En un primer momento, el CCMA fue clave en la organización de las milicias que combatieron a las fuerzas franquistas, pero en septiembre de 1936, pocos meses después de su aparición, fruto de intensas negociaciones y con el apoyo del PSUC, fue disuelto y el control volvió a manos de la Generalitat, poniendo fin a la situación de "doble poder". La disolución del Comité fue vista por muchos anarquistas como retroceso en el proceso revolucionario, pero permitió la reorganización del esfuerzo de guerra desde una estructura más centralizada y eficiente.

Sea como fuere, el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña simbolizó el auge de la revolución social en Cataluña durante la Guerra Civil. Representó un experimento único de colaboración entre la Generalitat y las fuerzas revolucionarias en un momento de crisis, siendo una de las mayores manifestaciones del poder popular y revolucionario durante los primeros meses de la Guerra Civil.


Miliciana en el cuartel Bakunin el 1936 (A. Campañà)

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